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lunes, 14 de junio de 2010

De los sueños a la locura - Crítica de Carlos Pacheco

Sábado 6 de diciembre de 2003 | Publicado en edición impresa

"El bronce que sonríe (o la historia del Palangana)". De Vicente Zito Lema. Intérpretes: Carlos Merola y Paula Guía. Pianista en escena: Alicia Mazzieri. Diseño de luces: Alberto Andreani. Asistente de dirección: Alejandro Goldschtein. Dirección general: Betty Raiter. En el Palais de Glace (Avda. Libertador y Pasaje Schiafino). Funciones; viernes y sábados a las 21,30.
Nuestra opinión: bueno
El Palangana está encerrado en un hospicio. Su locura se mezcla con su ternura y entonces sus delirios tienen algo que a él lo tornan entrañable. Se cree Carlos Gardel y esa creencia lo vuelve más vital, más seguro, más entero. Su pobreza parece extrema. Está a punto de morir. La muerte llega a buscarlo y él se resiste. Entre ellos se produce un juego inquietante. Ella complejiza su mundo a través de reclamos. El decide soñar y encontrarse con aquellos que dieron forma a su vida. En ese recorrido, los recuerdos permitirán que el espectador conozca algo más del Palangana. Y en verdad, lo sienten más próximo a sus sentimientos. El final es toda una sorpresa. En un pequeño espacio, en el que un grupo de spots de cine -de los años 40- parecen estar dispuestos a iluminar esa realidad de continuo, la acción se potencia. El mundo del protagonista adquiere mucha intensidad.
Poesía y reflexión
El texto de Vicente Zito Lema expresa una fuerte carga poética y va proponiendo una seria reflexión sobre valores que hacen a la condición humana. El excesivo discurso complejiza algunas situaciones, pero la dirección de Betty Raiter y la potente actuación de Carlos Merola hacen que eso no se torne significativo. Raitter propone un juego de acciones que vitalizan esa trama en la que los sueños son tan definitorios en su mensaje. Realidad y conciencia se dan la mano en esta puesta, y el tiempo del Palangana se hace más destacado.
Con fuerte expresividad, Merola realiza una actuación muy calificada. Se va metiendo de a poco en el mundo de su personaje y descubre creativos registros mientras se relaciona con la muerte (buen trabajo de Paula Guía) y con la vida (en la presencia de la pianista Alicia Mazzieri, quien trae de la memoria algunos temas emblemáticos que interpretaba Gardel).
"El bronce que sonríe (o la historia del Palangana)" resulta una experiencia que básicamente moviliza los sentimientos y muestra otra cara de la locura.
Carlos Pacheco
La Nación

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