"Extraño juguete", de Susana Torres Molina. Intérpretes: Betty Raiter, Alejandra Colunga, Hugo Castro. Escenografía: Carlos Di Pasquo. Asistente de dirección: Luciana Ullrich. Dirección: Amancay Espíndola. En La Clac (Piedras esquina Chile). Funciones: viernes, a las 21.
Nuestra opinión: bueno.
Estrenada en 1977, "Extraño juguete" es una de las obras más representadas de Susana Torres Molina, sobre todo en el interior del país. Raramente la pieza adquiere en cada época una lectura muy diferente. Y aunque hoy, en algunos aspectos, su estructura muestre una raíz muy setentista, ligada sobre todo al drama psicológico, es notable cómo en el contexto de violencia en el que se desarrolla actualmente nuestra sociedad la obra resuena con mucha significación en los espectadores.
La historia está conformada por tres personajes: dos mujeres sencillas encerradas en un hogar de clase media reciben la visita de un supuesto vendedor de ropa femenina. Angélica es ingenua, soñadora, quiere ser artista, una buena manera de alcanzar trascendencia; Perla aparenta ser más fuerte, toma decisiones y es la que de alguna manera lleva las riendas de la casa. Ambas están solas, en el sentido más amplio de la expresión, y frente al ingreso de un hombre en sus vidas no pueden menos que provocarlo y dejarse provocar por él. Entre los tres comienza a desarrollarse un juego de violencia muy intenso. Hasta que en algún momento esa realidad se quiebra y aparece una inesperada verdad. Los personajes no son quienes han demostrado ser. Un profundo patetismo se apodera de la escena y el público recibe la noticia de las nuevas identidades de esos personajes con gran sorpresa.
Los trabajos
La directora Amancay Espíndola profundiza el trabajo sobre los personajes y consigue que sus intérpretes -Betty Raiter (Angélica), Alejandra Colunga (Perla) y Hugo Castro (Sr. Maggi)- logren llevar adelante la acción de la obra con muy ajustada precisión.
Los tres actores componen con mucha seguridad esos tipos sociales que les han tocado en suerte y con muchas sutilezas expresan lo conflictivo de sus conductas. Lo más interesante es que el equipo no intenta oscurecer la acción apelando a los costados psicológicos (la pieza de alguna manera lo exige), sino que se apoyan mucho en el juego, y esto le aporta al texto una mayor vitalidad.
Esto hace que "Extraño juguete" demuestre hoy que tiene mucha vigencia. A través de esta propuesta cualquier espectador podrá observar de qué manera alguna gente se relaciona con la violencia y sin temores. La espectacularización de la violencia es muy común entre nosotros. En esta puesta de "Extraño juguete" se da una vuelta de tuerca más sobre el tema. Los resultados son muy elocuentes.
Carlos Pacheco
La Nación
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